MINISTERIO CRISTIANO GRACIA Y VERDAD
Salvación, Santidad, Servicio y Crecimiento Integral
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INTRODUCCION: Durante mucho tiempo se ha especulado sobre el nuevo nacimiento, planteado ciertas preguntas como: ¿porque la necesidad del nuevo nacimiento?, ¿Qué es el nuevo nacimiento?, por tanto es un tema importante del cual todo hijo de Dios no debe ser ignorante, Jesús señalo a Nicodemo (Juan 3:10) Jesús respondió y le dijo: Tú eres maestro de Israel, ¿y no entiendes estas cosas? A pesar de ser maestro era ignorante de tan importante tema o al menos no lo entendía porque el acto del nuevo nacimiento es un acto sobrenatural, El Señor dedicó tiempo en su ministerio para enseñar a muchos otros, además de sus discípulos, veamos a continuación partiendo desde la realidad eminente de la humanidad, que es el pecado.
I. LA VERDAD ACERCA DEL PECADO Cuando hablamos del pecado en medio de nuestra comunidad, como que no suena a peligro, aun que realmente es como una bomba de tiempo, que a muchos a de afectar para una muerte irremediable, el pecado o Hamartiología se deriva de la palabra griega: hamartía, que significa “errar al blanco, pecado” y con anterioridad al arameo el término pecado tenía el significado de ‘olvido’. Olvido de algo que estaba presente, “olvido” como dejar a un lado. De modo que, hamartiología es la doctrina del pecado. El pecado de Adán ha sido imputado a la raza humana completa. Cuando Adán pecó, lo hizo como representante de todos los hombres. La Biblia nos enseña de forma clara y directa que cuando Adán (pecó) desobedeció a Dios el pecado entró al mundo pues en el acto de pecado de Adán, todos “los hombres pecaron” ó todos fueron contados como pecadores y como consecuencia del pecado de Adán él cosechó la muerte para sí mismo, pero también para toda la raza humana, ‘todos los hombres se hicieron pecadores y culpables de muerte’ y por eso “todos murieron”.
A. Pecado Original: Esto incluye tanto la “culpa” como la “contaminación”. La culpa de Adán nos es imputada y por lo tanto todos somos pecadores desde nacer. A causa del pecado de Adán como nuestro representante, nosotros somos culpables en el. Además de la culpa, nosotros heredamos su contaminación ó muerte espiritual la cual produce una naturaleza “totalmente depravada” con disposición continua hacia el pecado. Esto no significa que todo hombre es tan malo como puede ser, sino que el pecado ha corrompido cada parte de su naturaleza dejándole incapaz de hacer nada espiritualmente bueno.
B. Pecamos por que nacemos pecadores: Otro efecto negativo del pecado de Adán es que la naturaleza de todos los seres humanos ha sido corrompida y manchada por el pecado. Esta naturaleza caída es la responsable de la predominante tendencia hacia el pecado en todos los hombres. Esta naturaleza es referida como “muerte espiritual”. Los hombres nacen ‘espiritualmente muertos’. Eso significa que existe separación entre ellos y Dios. Por eso dice la Escritura “los deseos del hombre ‘son de continúo solamente hacia el mal desde su juventud” (Génesis 8:3). El Pecado del día. Este pecado es el que el hombre hace a sabiendas y con todo conocimiento. Una vez el hombre ha crecido y ha alcanzado conocimiento entre lo bueno y lo malo; este pecado es cometido por los hombres una vez han alcanzado una edad de discernimiento. Pero existe un pecado el cual ocurre sin el conocimiento del individuo y es lo que conocemos pecados ‘no intencionados’ (inconscientemente) o pecados ocultos a la persona. Son aquellos pecados que cometemos sin darnos cuenta pero aún así son pecados (violación a la ley y el carácter de Dios) y que nos acusan ante su santidad. El salmista David, enterado de la presencia y el daño de esta clase de pecados ocultos a su conocimiento, oró a Dios para que se los perdonara (leer Salmos capitulo 19) Si meditamos en ello un poquito sabremos que solo por el amor de Dios podremos ser salvos, solo Cristo puede salvarte, no hay otra forma.
II. ¿LA LEY PUEDE SALVARNOS? La ley no ha sido nunca el propósito de Dios para la humanidad, pues fue añadida a causa de un momento histórico del pueblo de Israel y como consecuencia de su pecado, para evitar su descomposición total, hasta que viniera Jesucristo que es la simiente prometida y es él la única solución ofrecida por Dios para nosotros. Gálatas 3:19. “Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue añadida a causa de las transgresiones, hasta que viniese la simiente a quien fue hecha la promesa; y fue ordenada por medio de ángeles en mano de un mediador”
a. Nadie puede salvarse por la ley. La Ley no es para los creyentes que permanecen en el Señor, por que los creyentes hemos sido llamados a una vida superior, libre de pecados donde la ley es inútil, ya que las exigencias de la vida cristiana son superiores en todo a la ley de Moisés, ej. La Ley dice “amarás a tus amigos y aborrecerás a tus enemigos” sin embargo Jesús dijo: “amarás a todos los que te aborrecen y desprecian, porque si amas solamente a los que amas, ¡qué estás haciendo de más? Pues así hacen todos los hombres, sed pues vosotros perfectos como vuestro padre que está en los cielos, el cual hace salir el sol sobre los buenos y los malos. “¿Que beneficio traería a nuestro país una ley en contra de la venta de esclavos? solamente seria pérdida de tiempo, para nuestro parlamento ya que ningún juez la usaría pues en nuestra época nadie trafica con esclavos. 1º Timoteo 1:8-10 Pues el que permanece en Cristo ha cumplido la Ley. Gálatas 3:10-12 y Dios nos ha dado la justicia de Jesús. Romanos 13: 8-10; Gálatas 5:22-23, no estamos debajo de la ley. Romanos 6:14-16. “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia. ¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia?”
B. Es por la ley que conocemos el pecado. Antes de existir la Ley, no existía pecado alguno sobre la tierra, aunque si existían las transgresiones, pero como no se conocía lo que era bueno o malo ya que Dios no lo había declarado todavía, no podía el Señor acusar a nadie de pecado pues no sabíamos, que era pecado y que no lo era, esto también ocurre hoy día cuando hay delitos que quedan impunes, debido a que no hay una ley por la cual sea castigado y no se podrá juzgar a menos que los legisladores hagan una ley, específica, por esto tenemos tantas leyes, de tránsito, militar, conservacionistas, etc. Romanos 7:7 “¿Qué diremos, pues? ¿La ley es pecado? En ninguna manera. Pero yo no conocí el pecado sino por la ley; porque tampoco conociera la codicia, si la ley no dijera: No codiciarás.”
C. La Ley sirvió como niñera o ayo. La Ley sirvió como niñera o ayo, para traernos a Cristo, pues al estar consciente del pecado que hay en nosotros y no hallar solución en la ley (pues por ella nadie se justificará ni será salvo) Dios nos envía a Jesucristo para ser salvos por la fe, nadie podrá hallar paz por la Ley pues ella solo nos acusa de lo malo que hacemos, pero nos da la solución, por eso cuando estamos acusados por la Ley hallamos refugio en Jesús, nuestro salvador. Gálatas 3:24. “De manera que la ley ha sido nuestro ayo, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuésemos justificados por la fe”
D. Es sombra de los que ha de venir. Contiene en alegorías y simbolismos todas las cosas que estamos viviendo hoy y lo que vendrá en el futuro, ej. El cordero que sacrificaban los Israelitas era un simbolismo de Jesucristo, el cordero de Dios. Hebreos 10: 1-9. “Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.”
E. Una ley Provisional. La ley de Moisés fue provisional: fue hecha para terminarse. “Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan” (Hebreos 10.1). Terminó su obra y encontró su fin en Cristo. “Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree” (Romanos 10.4). ¿Recuerda usted la historia de Sansón? Sansón juzgó a Israel por veinte años. En aquel tiempo hizo muchas maravillas a favor de Israel. Pero al fin, vencido por los filisteos a causa de sus propias debilidades morales, trajo muerte sobre sí. En su muerte mató a más filisteos que había matado en toda su vida. Vemos en Sansón una semejanza a la ley de Moisés, la cual también por causa de su debilidad fue terminada (Hebreos 7.18-19). En su abrogación hizo más bien que en todo el tiempo de su aplicación (Hebreos 7.22). Muriendo aquella ley falible, pudo efectuarse la ley perfecta de Cristo. Es claro que Dios así lo planeó desde el principio. Se puede ver en la misma ley de Moisés: “Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare. Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta” (Deuteronomio 18.18-19). Estas palabras de Dios mismo señalaron al día en que un legislador más grande que Moisés entregaría una ley superior. Así que Moisés, el escritor del primer pacto, aun al escribirlo predijo su anulación. Al venir los profetas, la atención se volvió aun más hacia el futuro. Isaías y Jeremías describieron más en detalle la naturaleza del reino y la ley que habían de venir. “He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová…Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo” (Jeremías 31.31-33).
F. La ley de Cristo. Esta es la ley que Dios pone en el corazón y escribe en la mente (véase Hebreos 10.15-16). En Romanos 8.2 se refiere a ella como “la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús”. Otras veces el Nuevo Testamento habla sencillamente de “la ley de Cristo”. Esta ley se compone de todas las enseñanzas de Cristo y sus apóstoles, grabadas en el Nuevo Testamento. Por medio de ella salimos del cautiverio de la ley de Moisés a la libertad de Cristo. La ley de Moisés declaró la justicia de Dios al hombre pecaminoso. La ley de Cristo nos trae el poder de vivir conforme a esa justicia. La ley de Moisés fue instituida con amenazas de muerte para los desobedientes, pero Jesús vino para salvar a su pueblo de sus pecados, así dándole vida. La ley de Cristo la conocemos también como la dispensación de la gracia. La gracia no nos da libertad para pecar, sino nos da el poder de vivir libres del pecado. La ley de Cristo es el cumplimiento del plan perfecto de Dios, formado desde antes de la fundación del mundo para salvar a la humanidad. La ley de Moisés fue dada a causa de las transgresiones, mientras Dios preparaba al mundo para la venida de Cristo. No te puede salvar ninguna ley, tienes la naturaleza pecador, no hay nadie que pueda hacer algo por ti, necesitas de una redención eterna para escapar del dominio del pecado, solo Jesucristo puede hacerlo, una nueva naturaleza es la solución para escapar de las garras del pecado, una nueva creación, como dice la biblia.
III. LA OBRA COMPLETA DE CRISTO: EXPIACION, PROPICIACION, REDENCION Y REMISION Analizar estos términos que están íntimamente involucrados en la obra realizada por nuestro Señor Jesucristo en la cruz, nos permite profundizar aún más en el valor de lo que significó el derramamiento de aquella preciosa sangre en el madero del Gólgota. Lo que Cristo logró en la cruz, es verdaderamente extraordinario y no tiene parangón. El tratamiento de nuestros pecados en la cruz, es una obra cuyo diseño es divino y no humano. No fue un hombre simplemente el que murió en la cruz, sino que Dios – hombre, el eterno Emanuel. No fue un ser creado quien murió en la cruz, sino que uno eterno, destinado desde antes de todas las cosas, tal cual lo declara el apóstol Pedro: “Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros” 1 Pedro 1:18-20 Si hubiese sido un hombre quien murió en la cruz, lo ocurrido habría sido un crimen o un martirio, y no una ofrenda en sacrificio voluntario. Cristo quiso morir por nosotros, a él nadie le quitó la vida, él la puso voluntariamente por nosotros. (Juan 10:17-18).
A. Cristo nuestra EXPIACIÓN. “Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada” Isaías 53:10. La mención de esta palabra en las sagradas escrituras, apunta básicamente a la acción de cubrir el pecado. Es eso lo que justamente hizo nuestro amado Salvador; Él extiende un manto de justicia sobre nosotros para poder cubrir el pecado que nos impedía llegar a Dios. Es la eficacia de su sangre que encubre nuestras iniquidades y desaciertos. Cuando el hombre peca en el jardín del Edén, la vergüenza de su desnudez queda al descubierto. Nada podía cubrir con eficacia aquella naturaleza caída; ni siquiera las dedicadas costuras de los delantales de hojas de higueras que Adán y Eva se cocieron a espaldas de Dios. Era el comienzo de la separación del hombre y de Dios, pero además, el comienzo de la manifestación de la eterna obra de la salvación en Cristo. Era necesario que alguien expiara nuestro pecado delante de los ojos santos de Dios. Esa era la misión de nuestro Señor Jesucristo, y eso fue justamente lo que el consumó en la cruz del Gólgota. Nadie podrá entrar a la gloria de Dios y anular aquella destitución, si sus pecados no son cubiertos bajo la sangre de Cristo. “Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, Y cuyos pecados son cubiertos” Romanos 4:7 Toda persona que cree de todo corazón en el sacrificio de Cristo como único medio para alcanzar salvación, obtiene esta bendita expiación. De esta manera, Dios ya no nos mira a través de nuestra horrorosa condición natural, sino que nos mira a través del manto de justicia de Cristo, a través de su perfección, de su dignidad y de su pureza. Sin expiación, ningún hombre puede ser salvo.
B. Cristo nuestra propiciación. “Y él es la propiciación por nuestros pecados…” 1 Juan 2:2 La palabra propiciación alude no solo a la acción de cubrir nuestros pecados, sino que trata con la tarea de aplacar la ira santa de Dios. Bien sabemos que Dios es santo y que no tolera el pecado porque le enciende el fuego de su furor. Mucho se habla de que Dios es amor, pero poco se menciona que él es fuego consumidor. Dios ama a los pecadores, pero aborrece nuestro pecado. El apóstol Pablo nos presenta con mucha claridad lo que Dios siente frente al pecado: “Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad” Romanos 1:18 El pecado enciende el fuego de la ira santa de Dios. El libro de Apocalipsis declara veintiún juicios que serán derramados a la tierra y que son muestra del furor de Dios frente al pecado. Dios no pasará por alto nuestras transgresiones. Su justicia demanda la muerte como paga del pecado. Es en esta escena donde aparece la obra bendita de nuestro Señor Jesucristo, porque al momento de morir en la cruz, la ira santa de Dios fue aplacada, revelando con ello la esencia de aquella bendita propiciación. No existió, no existe, ni existirá una ofrenda más eficaz y más agradable a Dios, a tal punto de apagar su ira, como la realizada por nuestro Señor Jesucristo en la cruz del Gólgota. Cuando Cristo muere, de aquella cruz se desprende la más grata de las fragancias, la cual sube hasta Dios Padre, aplacando su ira de una vez y para siempre. Toda persona que cree de todo corazón en el sacrificio de Cristo como único medio para alcanzar salvación, obtiene esta bendita propiciación. De esta manera, ya no estamos bajo la ira de Dios. Sin propiciación, ningún hombre puede ser salvo.
C. Cristo nuestra redención. La palabra redención indica un acto de adquirir o comprar algo a través de la cancelación de un precio de rescate. En la antigüedad, el pueblo de Israel estaba muy habituado a considerar los rescates a través de la redención. Recordemos el clásico pasaje de Rut: “Después le dijo Noemí: Nuestro pariente es aquel varón, y uno de los que pueden redimirnos” Rut 2:20 El concepto de redención enmarcado en ese tiempo solo en leyes sociales, venía a ser parte de las sombras o figuras que hablaban de lo que siglos más tarde Cristo realizaría en la cruz. Era necesario que alguien pagara el precio de nuestro rescate. Era imprescindible que alguien comprara nuestra libertad, y eso es lo que hizo nuestro amado Señor y Salvador Jesucristo. “Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios” 1 Corintios 6:20 Cristo es nuestro redentor que pago el precio de nuestro rescate. El es el modelo de contradicciones; nosotros le vendimos por treinta míseras piezas de plata, pero él nos compró a un precio de su bendita sangre. ¡Aleluya! “…nos hizo aceptos en el Amado, en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados…” Efesios 1: 6-7 Toda persona que cree de todo corazón en el sacrificio de Cristo como único medio para alcanzar salvación, obtiene esta bendita redención. De esta manera, ya no estamos esclavos del pecado y de su condenación. Sin redención, ningún hombre puede ser salvo.
D. Cristo nuestra remisión. “porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” Mateo 26:28 La palabra remisión denota el acto de devolver algo a su origen o de enviarlo lejos. En el antiguo testamento, aparece el texto de levítico 16, en donde se ordena para el día de la expiación apartar un macho cabrío que cargaría los pecados para “remitirlos” a Azazel. Si bien, no existe mucha claridad en el origen de la palabra Azazel, se concluye que su significado es algo así como una entidad demoníaca ubicada en lugares desérticos, destino al cual era enviado aquel macho cabrío. “ y pondrá Aarón sus dos manos sobre la cabeza del macho cabrío vivo, y confesará sobre él todas las iniquidades de los hijos de Israel, todas sus rebeliones y todos sus pecados, poniéndolos así sobre la cabeza del macho cabrío, y lo enviará al desierto por mano de un hombre destinado para esto” Levítico 16:21 El acto de remisión, en otras palabras, significa tomar la carga del pecado y llevarla lejos. Como ya hemos señalado, en el antiguo pacto, la imagen misma de las cosas y la obra de Cristo en la cruz, aparecen en medio de figuras y símbolos, pero en el nuevo pacto todo es hecho manifiesto con la muerte de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. El Señor Jesucristo fue el cordero de Dios destinado, desde antes de todas las cosas, para derramar su sangre para remisión de nuestros pecados. Es importante precisar que no solo la sangre es lo indispensable, sino que el derramamiento de la misma. “Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión” Hebreos 9:22 Toda persona que cree de todo corazón en el sacrificio de Cristo como único medio para alcanzar salvación, obtiene esta bendita remisión. De esta manera, todos nuestros pecados han sido enviados lejos de la presencia de Dios. Sin remisión, ningún hombre puede ser salvo. Como hemos visto en una forma muy simple y práctica, la obra de la salvación contiene estos maravillosos términos que nos revelan que la sangre de Cristo, es eficaz para cubrir nuestros pecados, para aplacar la ira santa de Dios, para librarnos de la esclavitud comprándonos a un alto precio y para enviar lejos todas nuestras transgresiones. Con todo esto ¿Cómo no hemos de alabar al Señor quien por su gracia nos ha otorgado todo lo suficientemente necesario para la vida eterna?. Para todo los nacidos de nuevo o regenerados.
IV. NACIDO DE NUEVO. Este acto es sobrenatural de parte de Dios a través de la palabra que es Cristo y la obra personal del Espíritu Santo, Nacer = Gennao= engendrar en los escritos del apóstol Juan, del acto de gracia de Dios al conferir sobre aquellos que creen la naturaleza divina impartiéndoles la vida espiritual por medio de la simiente (semilla o esperma) de Dios, “que no nacieron de sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios.” Juan 1:13; “Pues habéis nacido de nuevo, no de una simiente corruptible, sino de una que es incorruptible, es decir, mediante la palabra de Dios que vive y permanece.” 1º Pedro 1:23, Es un engendramiento espiritual; “Porque aunque tengáis innumerables maestros en Cristo, sin embargo no tenéis muchos padres; pues en Cristo Jesús yo os engendré por medio del evangelio.” 1º Corintios 4:15; “te ruego por mi hijo Onésimo, a quien he engendrado en mis prisiones.” Filemón 1:10, por la regeneración o nuevo nacimiento, somos hechos hijos de Dios para siempre.
A.POR EL NUEVO NACIMIENTO O LA REGENERACIÓN TENEMOS UNA NATURALEZA DIVINA. 2º Pedro 1:4 Dice: Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. Note que dice: Para que llegaseis a ser participantes; Usted puede ser partícipe de la naturaleza divina. ¿Qué quiere decir esto? Que usted podría ser un hijo de Dios. Cuando usted es nacido de nuevo se le da la naturaleza de Dios, que nadie le engañe haciéndole creer que la vida cristiana es un proceso de has esto, has lo otro. Usted puede vivir la vida cristiana porque usted tiene una naturaleza divina, la naturaleza de Dios y usted si puede hacer las cosas que agradan a Dios. Habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. Querido Hermano hay una diferencia entre: contaminación del mundo y corrupción. La corrupción del mundo es lo que tenemos dentro de nosotros, la contaminación del mundo es lo exterior. Hoy en día se habla de los contaminantes y como quitarlos, y la verdad es que eso lo único que haría es producir gente buena, y no haría nada positivo por la antigua naturaleza. Hay gente religiosa que los domingos sufre un proceso de descontaminación, porque participan en un poco de esto y de lo otro, y alguien puede ser religioso hasta no decir más y ser un hombre corrupto. Esta clase de gente asiste los domingos a la iglesia; y el día lunes usted los ve igual, viviendo su vida tal como la han vivido antes. Si usted va a librarse de la corrupción del mundo definitivamente, usted tiene que tener una nueva naturaleza, usted necesita ser partícipe de la naturaleza divina. Sin embargo, aunque usted tenga la naturaleza de Dios, eso no quiere decir que usted ya no tenga la antigua naturaleza, hay un conflicto continuo en la vida de un creyente entre su nueva naturaleza y la antigua naturaleza.
B. POR EL NUEVO NACIMIENTO O LA REGENERACIÓN RECIBIMOS VIDA ETERNA. 1º Juan. 5:11-12. Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida. Una persona que recibe a Jesús como su salvador personal, necesita tener muy claro en su mente y en su corazón que el regalo que recibió de parte de Dios es vida eterna. Mas la dádiva de Dios es vida eterna. Dice Romanos 6:23b. La palabra dádiva significa regalo, la vida eterna entonces es el regalo de parte de Dios, es una gracia divina, la pregunta es: ¿cuándo comienza la vida eterna? La vida eterna comienza al momento de recibir a Jesús como salvador personal. Es Dios dando la vida eterna al pecador salvo, a través de Jesucristo, es la razón por la cual el salvo debe de vivir por lo eterno, no por lo temporal, no por lo pasajero, la Palabra de Nuestro Dios dice: no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se ven son temporales, pero las que no se ven son eternas. 2Corintios 4:18. Queridos hermanos, ustedes y yo sí podemos vivir por lo eterno, porque la vida eterna comenzó desde el momento en que usted y yo fuimos salvos. Muchos cristianos batallan en sus vidas, porque ellos creen que la vida eterna comienza después que ellos mueran y esto no es cierto, es un error el tener esta clase de pensamientos. Y esta es la razón por la cual ellos; no invierten en lo eterno, no sirven al Señor. Un salvo debe de vivir por lo eterno. Hay tres cosas que son eternas: Dios es eterno, la Palabra de Dios es eterna y las almas son eternas; y nosotros debemos de vivir e invertir en lo que es eterno.
C. POR EL NUEVO NACIMIENTO O LA REGENERACIÓN SOMOS TRANSFORMADOS. El cambio de dirección que el hombre tiene cuando recibe a Jesús, resulta en un cambio de vida, y esto solamente lo puede hacer nuestro Dios, ya que el nuevo nacimiento es de arriba, de parte de nuestro Dios. Dice la palabra de Dios: De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Note por favor que dice: nueva criatura es; es una nueva creación, Dios lo transforma, Dios hace algo nuevo. El hombre por sí mismo no puede regenerarse, el hombre sin Cristo lo único que puede hacer es reformarse y puede tener el carácter para dejar algunos vicios, como el alcoholismo, el cigarro, etc., pero tarde o temprano él volverá a reincidir en lo mismo, el Señor Jesús dijo: Lo que es nacido de la carne, carne es; Juan 3:6a. Dios nos da una nueva naturaleza, y esta es espiritual, y por lo tanto nosotros necesitamos el alimento espiritual, y ese alimento es la Palabra de Dios, el Señor Jesús dijo a sus discípulos: El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo he hablado, son espíritu y son vida. Sí Dios va a obrar más cambios en nuestras vidas, Dios lo va hacer a través de Su Palabra. Antes de ser salvo usted practicaba cosas que lo único que hacían eran hundirlo más y más en el pecado, sus miembros los usaba como instrumentos de iniquidad. Ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia. Romanos 6:13. El apóstol Pablo está hablando a gente salva, y lo que él está diciendo es: antes tú usabas tus manos para hacer cosas que no agradaban al Señor, ahora tus manos son instrumentos que le pertenecen al Señor, úsalos para Dios. El error más grande que cometemos es querer que la gente sin Cristo en su corazón viva una vida que solo un salvo puede vivir, no podemos pedir a un inconverso que viva la vida cristiana porque él no ha nacido de nuevo, pero usted y yo sí.
D. LOS NACIDOS DE NUEVO ESTAN PROTEGIDOS POR DIOS. Por último el ‘Nuevo Nacido’ le pertenece a Dios y por eso es El mismo quien le protege y le libra del maligno. 1 Juan 5:18 Sabemos que el que ha nacido de Dios no está en pecado: Jesucristo, que nació de Dios, lo protege, y el maligno no llega a tocarlo. Dios no permite que el maligno le toque. Ese es el cumplimento de la oración modelo que dice “no me dejes caer en tentación y líbranos del maligno’. Dios cuida efectivamente a los que han “Nacido de Dios” pues Cristo mismo le protege y le cuida del mundo y del diablo. Juan 17:14 Yo les he entregado tu palabra, y el mundo los ha odiado porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno. 16 Ellos no son del mundo, como tampoco lo soy yo. No es sorpresa que los Nacidos de Nuevo sean guardados del maligno por Dios, no lo es. Esa es precisamente la firme contestación del Padre a la oración que hizo nuestro Señor al Padre: ‘No te pido que los quites del mundo, sino que los protejas del maligno.’
V. ¿COMO SABER SI HE NACIDO DE NUEVO ? La manera de saber si somos ‘Regenerados’ o no es por medio de nuestro fruto. Existe una manera de saber si hemos sido regenerados, esta manera es por medio de la revelación bíblica dada en la Palabra. Creo que para saberlo tenemos que hacernos ciertas preguntas. La Biblia dice: Romanos 8:16 Porque el mismo Espíritu da testimonio á nuestro espíritu que somos hijos de Dios. El mismo Espíritu de Dios nos testifica que somos hijos de Dios. ¿Pero como es este testimonio? ¿Cómo nos testifica? Este testimonio no es una experiencia especial y mística ni tampoco es un cosquilleo que sentimos en cierto momento dado. Tampoco es algo de lo cual no podemos estar seguros. Este testimonio es por medio de la confirmación de la Palabra de Dios en nosotros y de la convicción del Espíritu en nuestras vidas.
a. ¿Amo y Temo a Dios sobre todas las cosas?
Amor a Dios: El ‘Nacido de Nuevo’ siente amor y devoción sin división hacia Dios y todo lo que él representa. La Biblia dice que la razón por la que nosotros amamos a Dios es porque él nos amó primero. De esta manera tenemos ‘testimonio’ de que Dios nos ha hecho renacer pues él nos mueve a amarle. 1 Juan 4:10 En esto consiste el amor: no que nosotros hayamos amado á Dios, sino que él nos amó á nosotros, y ha enviado á su Hijo en propiciación por nuestros pecados. ¿Qué hace una persona que ama a Dios? Bueno aquellos que han estado enamorados alguna vez saben que uno desea pasar el más tiempo posible con la persona que ama, pasa tiempo conversando con ella o con él. Pasa tiempo queriéndole conocer más y mejor y desea que la relación crezca; y no hace nada que pueda ofenderle. Piensa en todo momento sobre esa persona y no puede esperar el día para verle cara a cara. El mismo fenómeno ocurre en la relación con Dios. El que ha nacido de nuevo siente deseo de conocer a Dios más y mejor. Quiere pasar tiempo comunicándose con él en oración. Trata de saber como es y lo que piensa por medio de la lectura de la Palabra. Crece en su relación con Dios, a todos le habla de esta bella relación que tiene y del gran amor que ha encontrado y desea que otros también le conozcan y no puede esperar que llegue el día para verlo cara a cara pero mientras ese día llega, no hace nada que pueda ofenderle por eso se separa del mundo y se guarda en santidad para Él. ¡Eso es amar a Dios! Efesios 4:15 Antes siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todas cosas en aquel que es la cabeza, a saber, Cristo; 1 Juan 2:15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 1 Juan 5:3 Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son penosos.
Temor a Dios: El ‘Nacido de Nuevo’ no solo Ama a Dios sino que ¡le teme! El ‘Nacido de Nuevo’ reconoce que Dios es todopoderoso, que es juez y es celoso, Dios no comparte su gloria con nadie. El creyente necesita tener siempre presente la naturaleza de Dios y ‘temerle’. Algunos dicen que este ‘temor’ no es miedo sino ‘respeto’. Hechos 9:31 Las iglesias entonces tenían paz por toda Judea y Galilea y Samaria, y eran edificadas, andando en el temor del Señor; y con consuelo del Espíritu Santo eran multiplicadas. Pablo, hablando de los pecadores dice… Y camino de paz no conocieron: 18 No hay temor de Dios delante de sus ojos. Romanos 3:17-18 Y a los creyentes dice: 2 Corintios 5:11 Estando pues poseídos del temor del Señor, persuadimos á los hombres, mas á Dios somos manifiestos; y espero que también en vuestras conciencias somos manifiestos. 2 Corintios 7.1 ASI que, amados, pues tenemos tales promesas, limpiémonos de toda inmundicia de carne y de espíritu, perfeccionando la santificación en temor de Dios. Efesios 5:21 Sujetados los unos á los otros en el temor de Dios. Filipenses 2:12 Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor; Hebreos 12:28 Así que, tomando el reino inmóvil, vamos á Dios agradándole con temor y reverencia;
b. ¿Procuro dar toda gloria a Dios? El ‘Nacido de Nuevo’ ha despreciado al mundo y sus ofertas, a puesto a Dios en primer lugar, se ha negado a sí mismo, ha dejado todo por seguir a Cristo y darle gloria. El ‘Nacido de Nuevo’ busca la gloria de Dios y no la suya. Como Juan el Bautista dice: “es necesario que yo mengue para que Cristo crezca”. Es a Dios quien deseamos dar gloria y todo lo que sea para la gloria de Dios, eso hacemos. No andamos hablando a la ligera ni pretendiendo tener conocimiento que no nos ha sido dado. Cuando Dios habla, hablamos y cuando Dios calla, callamos.
c. ¿Amo a mi prójimo (pecador o creyente) como a mí mismo? “En esto conoceréis que sois mis discípulos, que se aman los unos a los otros”. Esa fue la prueba de Jesús. Nadie que no ame a Dios por encima de todas las cosas, puede amar a su prójimo como a sí mismo. El hombre natural no tiene el amor de Dios y por ende tampoco puede amar a su prójimo como a si mismo. Todo ha de pasar pero el ‘amor’ permanece para siempre. Esta característica de amor incondicional es el que distingue al Nacido de Nuevo. 2 Juan 1:5-6 Y ahora, hermanos, les ruego que nos amemos los unos a los otros. Y no es que les esté escribiendo un mandamiento nuevo sino el que hemos tenido desde el principio. 6 En esto consiste el amor: en que pongamos en práctica sus mandamientos. Y éste es el mandamiento: que vivan en este amor, tal como ustedes lo han escuchado desde el principio.
¿Amo a los otros Cristianos? El amor es demostrado en primer lugar hacia aquellos que forman parte de la familia de Dios, a los creyentes. Es este amor el que le motiva a funcionar dentro de la iglesia, no juzgando a su hermano sino corrigiendo los errores y cubriendo las faltas solo con el amor que ama al prójimo como a sí mismo. El amor del Nuevo Nacido es como el amor de Cristo “haya pues en vosotros el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús…” es humilde y sumiso. Solamente cuando amamos como Cristo, nos podemos hacer sumisos los unos a los otros. 2 Corintios 2:12 Porque nosotros que vivimos, siempre estamos entregados á muerte por Jesús, para que también la vida de Jesús sea manifestada en nuestra carne mortal. 12 De manera que la muerte obra en nosotros, y en vosotros la vida. 1 Juan 3:17 Mas el que tuviere bienes de este mundo, y viere á su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, ¿cómo está el amor de Dios en él?
Amo a los pecadores: El creyente Nacido de Nuevo ama a los pecadores y sufre por ellos. Desea que todos vengan al conocimiento de Cristo. Ese sentir viene a causa de que sus sentidos espirituales han sido despertados para conocer la realidad de lo que es estar en comunión con Dios. 1 Pedro 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, gente santa, pueblo adquirido, para que anunciéis las virtudes de aquel que os ha llamado de las tinieblas á su luz admirable. 2 Timoteo 2:10 Por tanto, todo lo sufro por amor de los escogidos, para que ellos también consigan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna.
d. ¿Siento repulsión por el pecado? Una de las indicaciones más importante del ‘Nuevo Nacido’ es su forma de ver el pecado. No en una forma moralista como algo simplemente inmoral y feo que va en contra de las leyes éticas de conducta decente sino como un asalto a la pureza de Dios.
¿El pecado en general? Tiene que ver con perspectiva, muchas personas viven vidas limpias o puras a causa de tener un alto nivel de conducta y aunque eso está bien, no significa que sea fruto del Nuevo Nacimiento. La persona ‘Regenerada’ ve el pecado como más que la violación de una ley moral ó un delito sino que lo ve como un ataque en contra la persona de Dios. La persona ‘Regenerada’ ve el pecado como tal como un ataque a la santidad divina. El pecado le repugna y lucha en contra del. El pecado no da gloria a Dios pero enciende su ira. Las personas pueden ser ‘reformadas’ para dejar ciertos tipos de conducta pecaminosa pero no es hasta que son ‘regeneradas’ que pueden dar gloria a Dios con su conducta. Esa es la motivación del ‘Nacido de Nuevo’, la gloria de Dios y el agradecimiento por su obra en él… Tito 3:1-8 AMONÉSTALES que se sujeten á los príncipes y potestades, que obedezcan, que estén prontos á toda buena obra. 2 Que á nadie infamen, que no sean pendencieros, sino modestos, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. 3 Porque también éramos nosotros necios en otro tiempo, rebeldes, extraviados, sirviendo á concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y en envidia, aborrecibles, aborreciendo los unos á los otros. 4 Mas cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, 5 No por obras de justicia que nosotros habíamos hecho, mas por su misericordia nos salvó, por el lavacro de la regeneración, y de la renovación del Espíritu Santo; 6 El cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, 7 Para que, justificados por su gracia, seamos hechos herederos según la esperanza de la vida eterna. 8 Palabra fiel, y estas cosas quiero que afirmes, para que los que creen á Dios procuren gobernarse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles á los hombres.
¿El pecado personal? El Regenerado no solo se encuentra indignado con el pecado en la sociedad y en las otras personas sino que este se encuentra en una creciente lucha contra el pecado en su cuerpo. No mira la paja del ojo ajeno sino que se preocupa por la viga en su propio ojo (Mateo 7:1.). El pecado en su cuerpo le hace sentir incomodo y se encuentra que cada vez se haya pecando mas de lo que desea. Es esa lucha contra el pecado personal la que le mueve a la santidad de vida y a descansar en Dios. Romanos 7: 14-25 Sabemos, en efecto, que la ley es espiritual. Pero yo soy meramente humano, y estoy vendido como esclavo al pecado. 15 No entiendo lo que me pasa, pues no hago lo que quiero, sino lo que aborrezco. 16 Ahora bien, si hago lo que no quiero, estoy de acuerdo en que la ley es buena; 17 pero, en ese caso, ya no soy yo quien lo lleva a cabo sino el pecado que habita en mí. 18 Yo sé que en mí, es decir, en mi naturaleza pecaminosa, nada bueno habita. Aunque deseo hacer lo bueno, no soy capaz de hacerlo. 19 De hecho, no hago el bien que quiero, sino el mal que no quiero. 20 Y si hago lo que no quiero, ya no soy yo quien lo hace sino el pecado que habita en mí. 21 Así que descubro esta ley: que cuando quiero hacer el bien, me acompaña el mal. 22 Porque en lo íntimo de mi ser me deleito en la ley de Dios; 23 pero me doy cuenta de que en los miembros de mi cuerpo hay otra ley, que es la ley del pecado. Esta ley lucha contra la ley de mi mente, y me tiene cautivo. 24 ¡Soy un pobre miserable! ¿Quién me librará de este cuerpo mortal? 25 ¡Gracias a Dios por medio de Jesucristo nuestro Señor! En conclusión, con la mente yo mismo me someto a la ley de Dios, pero mi naturaleza pecaminosa está sujeta a la ley del pecado. El ‘Nacido de Nuevo’ se ha arrepentido de sus pecados. Es importante reconocer que sin ‘arrepentimiento de pecados’ no hay salvación… Romanos 2: 4-6 ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, y sigues ignorando que su benignidad te guía á arrepentimiento? 5 Mas por tu dureza, y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la manifestación del justo juicio de Dios; 6 El cual pagará á cada uno conforme á sus obras: Apocalipsis 2: 4-5 Pero tengo contra ti que has dejado tu primer amor. 5 Recuerda por tanto de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré presto á ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. … Es imposible ser salvos y no arrepentirnos de nuestros pecados, pasados y presentes.
e. ¿Soy guiado por el Espíritu de Dios y “creo”, “soy obediente” y “me someto” a la Palabra?
Guiado por el Espíritu… Solo los que han Nacido de Nuevo pueden ser guiados por el Espíritu. Dios es el Espíritu que mora dentro de ellos y les mueve a la obediencia. Romanos 8:14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, los tales son hijos de Dios. Cuando una persona no recibe la Palabra así como está escrita, cuando no es obediente a esta sino que busca racionalizarla y acomodarla a su propio precepto podemos saber que NO ha Nacido de Nuevo. Si el Espíritu de Dios está en la persona, esta será guiada a la verdad y aceptará esta verdad. Si la Biblia dice que el cielo es rojo, así el Nacido de Nuevo lo cree y lo predica. Si la Biblia declara algo que va en contra de las costumbres, las tradiciones, las perspectivas humanas y los deseos y teorías carnales, el Nacido de Nuevo, se somete ‘alegremente’, acepta y predica la declaración de la Escritura. Lo más importante para Dios es la “obediencia”. Si alguien piensa ser creyente ‘Nacido de Nuevo’ y no se somete a la revelación de la Palabra es ‘desobediente’ y es mentiroso… 1 Samuel 15:22 Y Samuel dijo: ¿Tiene Jehová tanto contentamiento con los holocaustos y víctimas, como en obedecer á las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios; y el prestar atención que el sebo de los carneros: 1 Juan 2:4 ¿Cómo sabemos si hemos llegado a conocer a Dios? Si obedecemos sus mandamientos. 4 El que dice, Yo le he conocido, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y no hay verdad en él; 1 Juan 5:1-3 TODO aquel que cree que Jesús es el Cristo, es nacido de Dios: y cualquiera que ama al que ha engendrado, ama también al que es nacido de él. 2 En esto conocemos que amamos á los hijos de Dios, cuando amamos á Dios, y guardamos sus mandamientos. 3 Porque este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son penosos. Espero que usted se pueda identificar con estos principios que identifican un verdadero ‘Nacido de Nuevo’, ó si no, que al menos sienta el deseo de identificarse con ellos. Si es así usted se identifica con los salvados, ha pasado de muerte a vida y está en camino a la glorificación eterna.
VI. ¿QUE HACER AHORA? Si usted se ha identificado como un Nacido de Nuevo, entonces tiene una tarea muy importante por delante. Si usted ha entendido el mensaje de este articulo se dará cuenta que él hombre sin Dios se encuentra en una situación desesperante. No tiene posibilidad alguna de salvación de por sí mismo aparte de la obra regeneradora del Espíritu Santo en su vida. La única manera que su vecino inconverso, su compañero(a) de trabajo que no conoce a Dios, los pecadores que andan por las calles pueden ser “revividos” y ser salvos es por medio de la predicación del Evangelio. Él apóstol Pablo estaba convencido de que por medio de la “locura de la predicación” a Dios le había placido salvar las personas. Romanos 1:16 Porque no me avergüenzo del Evangelio porque es poder de Dios para salvación… Nosotros somos salvos hoy porque alguien nos predicó él Evangelio ayer. Si usted y yo no predicamos, aquellos que no tienen salvación nunca llegarán a tener vida espiritual. Nuestra responsabilidad es grande y de suma importancia y espero que usted se sienta motivado cada vez más a predicar el Evangelio de Salvación a todos aquellos que la necesitan. Sepa que usted no está sólo en esta empresa. Jesús le acompaña por medio del Espíritu Santo, es él quién regenera al pecador, nosotros sólo debemos de predicar él mensaje y Dios se encargará de abrir el corazón del pecador para que este lo reciba. Jesús dijo que no nos dejaría ni un sólo momento en la tarea de predicar el Evangelio, él dijo que él estaría con nosotros en esta tarea hasta el fin del mundo. Ahora, si usted no se siente identificado con los “Nacidos de Nuevo” pero quiere serlo es señal de que Dios ya está trabajando en su vida. No se desespere, busque siempre escuchar la predicación del Evangelio. Sólo en él Evangelio hay poder para salvar su vida de la condenación eterna. Escuche la palabra de Dios predicada, lea artículos (tratados) que predica él evangelio, asista a una iglesia basada en la Biblia y donde se predique él mensaje de Dios. Pero mientras hace eso, usted puede ser salvo en este mismo momento, sepa que Jesucristo murió por los pecadores. Si usted reconoce que ha pecado y está lejos de una relación con Dios, destituido de su gloria, entonces arrepiéntase de sus pecados y confiéselos a Dios en este mismo momento, sepa que sólo a través de Jesucristo hay esperanza para usted. Crea de todo corazón que la sangre de Jesucristo tiene poder para limpiarle de todo pecado. Si ha hecho esto, escríbanos y déjenos saber de su decisión de servir a Cristo. Comience a leer la Biblia y a mantener una comunicación con Dios por medio de la oración. Aléjese del pecado y camina una vida limpia con fe en que Cristo le ayudará y confiese “todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Fil. 4:13). Espero que con este estudio tenga un entendimiento más profundo y bíblico acerca de la doctrina tan importante de la ‘Regeneración’ ó ‘Nuevo Nacimiento’. Como ha visto, tenemos que el acto relacionado al Nuevo Nacimiento y todas las bendiciones que ello trae al hombre es obra maravillosa total y completa de Dios. Al él sea toda la Gloria, Amen.
“Porque en Cristo Jesús, ni la Circuncisión vale nada, ni incircuncisión la, sino la Nueva criatura“ Gálatas 6:15 Ps. Carlos Figueroa Ramírez pastorcarlos@peru.com | |
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